martes, 4 de octubre de 2011

Felicidad en el destierro

¿Y cómo no podría recordar siempre la risa que nos unía y nos envolvía en tonterías fraguadas que parecían se gestaban en el mismo instante de la ocurrencia en nuestras cabezas?¿Cómo no me va a doler todavía, y puedo sentir con antelación el dolor en todos los años venideros cuando parezcan difuminados nuestros recuerdos?¿Cómo podría disolver los afectos y los apoyos ofrecidos en cada uno de nuestros hombros cuando parecía que era de lo mejor pasar por tales desavenencias con tal de descubrir semejante refugio en brazos de amb@s.?
¿Cómo podría olvidar que un día dijiste que si en tus manos estuviera, harías todo para nunca verme llorar?¿Cómo podría olvidar el llamado de tus tristezas en brazos de mi ofrenda espiritual? Porque sí, todo lo  malo de mi existencia y todos mis errores se quedarán ahí, en esa franja del tiempo en que parece que se repiten una y otra vez por la eternidad aunque uno cambie en el fluir del mismo. En el instante en  que se llevan a cabo se perpetuan una y otra vez formando parte de la cadena de nuestros recuerdos, pero en el mismo de alguna manera cometiéndose o disfrutándose por la eternidad.Todo lo malo de mi ser y de mi humanidad se queda ahí, pero el mismo tiempo se queda toda mi devoción a tu existencia, al mérito que ésta  ofrecía al mundo.
Al menos, así te veían mis ojos. No con pasión, ni con admiración, ni con fascinación, ni arrobamiento, ni éxtasis, ni encandilamiento(con el que acostumbras a confundir la lealtad de los demás).
Te miraba con respeto, en todas las formas que pueda tomar y requerir esa palabra. Con lealtad. Con el reconocimiento de un humano a otro, que merece tal existencia en este mundo cuando sus actos y las palabras que ella pronuncia son meritorios de tal, y por consiguiente, de amor...
Pero te fuiste, decidiste diluir mi vida en la historia de la tuya.
Dicen que los lirios nacieron de las lágrimas derramadas de Eva cuando fue expulsada del Jardín del Edén.
Extrañamente, la expulsión de mi jardín de los pétalos de tus lirios provocaron un llanto que derrame no sé por cuánto tiempo, en cuántos tiempo verbales, en cuántos lugares, en cuántos cielos, en cuántos mundos,  y de donde surgió, la única alternativa que me quedó ante tal pena, y fué la de encontrar la felicidad lejos de tus flores.No pudiendo descartar jamás la posibilidad de ella en cualquier tipo de destierro.

domingo, 17 de julio de 2011

Todos somos un jardín

El quinteto de Mogador, de Alberto Ruíz Sánchez, conforman una serie de 5 libros a los que todos pertenecemos, así como a los 5 elementos de la vida y a los que encontremos y descubramos en nuestra alma.
"Los Jardines de Mogador" es el centro de esta serie, así como en lo personal, el centro de mis sentidos y mi encantamiento hacia esta serie.
 Derivado de mi nombre, y al del espejo en que me miro desde hace un tiempo y me complementa la vida, es que surge el título de éste blog, en el que podrán surgir las flores, los frutos y las semillas de este árbol y de su raíz de la que provengo.